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AÑO I nº 2 julio de 1999
Editorial
Un año de CeDInCI: alcances y límites
Se
ha cumplido un año de la apertura de la sede del Centro de Documentación e Investigación
de la Cultura de Izquierdas en la Argentina (CeDInCI). Gracias al aporte
voluntario de sus más de 100 socios y a la solidaria colaboración de socios y
amigos en tareas de recepción, ordenamiento, catalogación e informatización del
material documental, pudieron ser atendidas a lo largo de este año más de 300
consultas de investigadores, estudiantes, militantes o ex-militantes, etc.
Asimismo, el acervo documental se ha visto
ampliado por más de cien donaciones (desde libros, periódicos, revistas,
folletos, hasta fotografías, entrevistas grabadas, material fílmico, afiches o
volantes), las cuales evidencian cuán necesaria era la existencia de un lugar
como éste. Por otro lado, más de 200 asistentes han participado de otras
actividades del Centro (seminarios, talleres, ciclos de conferencias y
debates).
El
CeDInCI, apenas abierta su sede, se asoció a REMOS, la única red existente en
el país que vincula bibliotecas y archivos relativos al movimiento obrero y la
izquierda, y estableció acuerdos institucionales (de colaboración y canje) con
la Biblioteca Nacional, la Fundación Pedro Milesi (Córdoba), la
Biblioteca Popular "José Ingenieros", la Federación Libertaria
Argentina, la Biblioteca Raúl González Tuñón, y la Casa de Estudios del
Socialismo SUR (Lima, Perú). Asimismo, el año pasado iniciamos la edición de
Políticas de la Memoria (junio de 1998), cuyo segundo número tiene el lector en
sus manos.
Diversos medios de prensa se ocuparon de nosotros a lo largo de este año:
Clarín, Página/12, Trespuntos, Acción, Prensa Latina... En la revista de
historia Entrepasados se publicó una larga nota sobre el acervo documental y la
actividad del Centro.
Uno de los objetivos inmediatos de la institución se relaciona con la
conservación del material documental, sobre todo el que es único, es más
antiguo o se halla deteriorado; para ello se vienen realizando gestiones con la
Fundación Antorchas y la Universidad de Harvard: ambas entidades nos visitaron
y mostraron su interés en colaborar en la preservación física del material como
también en su microfilmación. La APS (Asociación para el Desarrollo), con sede
en Italia, ha manifestado también su intención de colaborar con el proyecto que
encarna el CeDInCI. Asimismo, hemos solicitado al Fondo Nacional de las Artes un
subsidio para la instalación de una nueva sala destinada a la Biblioteca
Raurich (ver p. 3). Diversos legisladores de la Ciudad (Eduardo Jozami, Dora
Barrancos, Graciela Naddeo, Gabriela González Gass, Liliana Saralegui)
mostraron su interés en nuestro emprendimiento, y el pasado mes de mayo
solicitaron a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires que el CeDInCI fuese
declarado "de interés de la Ciudad". Luego del receso de enero, el
Centro retomó su ritmo habitual (consultas de archivo, hemeroteca y biblioteca:
martes y viernes de 14 a 19 hs.) y dio comienzo a las actividades del año 1999,
entre ellas numerosos seminarios y charlas.
Problemas
de un emprendimiento independiente
No
obstante estos logros, enormes en sólo un año, un auténtico balance requeriría ponderar también los problemas, las
dificultades, los desafíos. Estos podrían enumerarse brevemente así:
-no hemos
logrado reunir siquiera un mínimo fondo económico como reaseguro. El dinero que
ingresa mensualmente apenas cubre los gastos de alquiler, impuestos y limpieza,
y a menudo con retraso;
-a pesar de todos los esfuerzos puestos en gestionar múltiples solicitudes, aún
no se ha concretado ninguno de los subsidios solicitados, de modo que el
sostenimiento del CeDInCI descansa íntegramente en los ingresos por cuotas
sociales;
-pero la relación con nuestros socios no siempre es regular (y nuestro déficit
económico nos impide aumentar la periodicidad de nuestro boletín). De modo que
tenemos serias dificultades para concretar el cobro de cuotas sociales, salvo
los contados casos de los socios que nos visitan regularmente, de los que nos
hacen llegar el dinero por otras vías, o de los que pagan varios meses por
adelantado;
-la
imposibilidad material, al menos hasta el presente, de ofrecer una retribución,
por básica que fuese, a algunos de nuestros colaboradores en tareas de
organización, catalogación o informatización, no ha favorecido la regularidad
del trabajo.
De
lo dicho hasta aquí, se desprende que, tanto desde el punto de vista del
sostenimiento económico como desde el ángulo del trabajo voluntario, el CeDInCI
viene descansando sobre el esfuerzo de unos pocos socios. El crecimiento a lo
largo del año del número de donantes (y por lo tanto del acervo documental) así
como del número de lectores, fue muy grande; pero los aportes (efectivos) por
cuota social se mantuvieron estables, y el aporte de trabajadores voluntarios,
en relación al año pasado, se redujo.Los que emprendimos, hace más de un año,
este desafío, así como todos los que nos apoyaron, sabíamos que éstos eran
tiempos difíciles para proyectos colectivos y autogestionarios. Que iban a ser
incluso hostiles si nos empeñábamos en preservar y recuperar algo tan
"devaluado" como la cultura de izquierdas. Y mucho peor aún, si de lo
que se trataba de crear era una
comunidad de pensamiento y trabajo, sin promesas de prestigios intelectuales,
créditos académicos o beneficios económicos.
Por todo esto, convocamos a todos
nuestros socios y amigos a sostener este emprendimiento colectivamente. Por un
lado, es necesario regularizar los aportes mensuales. Por otro, de la
participación de colaboradores voluntarios para diversas tareas: traslado de
donaciones, clasificación e informatización de materiales y otras tareas. Por
otra parte, ratificamos nuestro ofrecimiento del espacio del CeDInCI (por
ejemplo, el auditorio) para llevar a cabo iniciativas culturales afines al
proyecto. Es imperioso, para garantizar
la continuidad del CeDInCI, transformar las simpatías que despierta este
emprendimiento en apoyos efectivos; los entusiasmos súbitos en aportes
regulares; la demanda
"externa" de "servicios culturales" en participación
colectiva con vistas a una auténtica (auto)gestión cultural.
Horacio Tarcus
Director
El
año que pasó desde que abrimos las puertes del CeDInCI ha sido de donaciones
incesantes. Queremos dar a nuestros socios y amigos una idea de qué tipo de
material está ingresando por donaciones, así como un perfil de los donantes,
pero el volumen y la cantidad son tales que es imposible nombrar aquí a todos,
sin que se nos escapen algunos nombres. Entre donaciones grandes, medianas
y pequeñas, el número total supera las
cien (esto es, ¡a lo largo de nuestro primer año recibimos un promedio de dos
donaciones por semana!).
Por
su volumen, pero antes que nada por su relevancia política y cultural, habría
que señalar que se ha recibido la donación de la Biblioteca Héctor Raurich,
cedida por quienes fueron sus discípulos y amigos, Isai Klasse y Saúl
Chernikoff. Se trata de la que fuera la biblioteca personal del filósofo y
crítico de arte: más de 5000 volúmenes referidos a temas de historia, política,
filosofía, arte y cultura, muchos de excepcional valor. Se ha solicitado un
subsidio al Fondo Nacional de las Artes para su informatización y su
instalación en bibliotecas adecuadas. Esperamos una respuesta favorable de esta
institución, para poder abrir al público cuanto antes este excepcional acervo
cultural.
El
material relativo al comunismo argentino e internacional ha seguido incrementándose.
José Luis Mangieri, un donante cuya biblioteca y cuya generosidad parecen
inagotables, sigue con sus envíos. A éstos se han sumado las donaciones de
Eduardo Sigal, Hernán Páez, Federico Cammarota, Jorge Boido, Pedro Beltrán,
Julio Frydenberg, Néstor Kohan, Norberto Inacio y Marcelo R. El PC nos ha
obsequiado colecciones de América Libre y Cuadernos marxistas.
Las
publicaciones trotskistas también se han enriquecido: Alfredo Alonso nos donó
nuevamente materiales invalorables y Liborio Justo nos legó revistas
trotskistas internacionales, particularmente norteamericanas y francesas del
período fundacional de esta corriente. El MAS nos donó una colección del
periódico Solidaridad y la Editorial Antídoto nos obsequió con su fondo
editorial. Hernán Camarero, Juan Hernández, Alberto Bonnet y Raúl Solezzi nos
donaron publicaciones trostkistas de las últimas tres décadas.
La Biblioteca Popular José Ingenieros nos ha donado valioso material
anarquista. Graciela Marotta nos cedió publicaciones anarcosindicalistas
argentinas de los años 20, 30 y 40, incluyendo el carnet de afiliado a la FORA
que perteneció a su abuelo, Sebastián Marotta. Gabriel Rot cedió, conteniendo
apenas las lágrimas, una colección de Reconstruir y otra de Che.
Nuestra
colección de publicaciones de orientación maoísta ha crecido gracias a las
donaciones de Diego, de Silvia Pérez Fernández y Eduardo Garaglia, de Cristina
Mateu y, finalmente, del PCR/PTP.Dos donaciones de especial interés son: la de
una colección del semanario Marcha, de Montevideo, y la colección de la revista
socialista Crítica Social, que donó Fivalier Seras.María Seoane depositó en el
CeDInCI todo el acervo documental reunido para su libro sobre José Ber Gelbard,
El burgués maldito, entre ellas numerosas entrevistas grabadas. Nuestra
colección de fotografías se ha enriquecido con las donaciones del fotógrafo
Jorge Labraña y del periodista Jorge Anitúa. La familia Longoni nos dio
valiosas publicaciones editadas por argentinos en el exilio durante la última
dictadura militar. Juan Carlos Cena nos donó numerosísimos libros y revistas
argentinos y latinoamericanos. Ana Barón nos hizo llegar valiosas colecciones
de revistas y muchos libros de los primeros años 70. León Ferrari nos dejó un
ejemplar de su obra Nosotros no sabíamos y los volúmenes de la valiosa y
agotada recopilación de documentos La Reforma Universitaria, de Gabriel del
Mazo. La Fundación Ecuménica de Cuyo nos ha remitido libros y revistas
relativos a la política nacional e internacional. Jorge Tula nos completó nuestra
colección de La Ciudad Futura, y gracias a Natalia, de Madres de Plaza de Mayo,
completamos la colección de su periódico.
Hinde
Pomeraniec y Telma Luzzani nos donaron muchas revistas culturales,
periodísticas y políticas. Roberto Baschetti no se olvida de nosotros, y no
deja de remitirnos, todos los meses, sus paquetes de revistas, periódicos y
recortes. Nuestras colecciones de revistas se han enriquecido con las
donaciones de Carlos Schonfeld, Yoyi Urano y Guillermo Puerta, Diana Fernández
Irusta y Ricardo Santoni, Hebe Solari de Levene, Fabián Mossenson, Patricio
Geli, Juan Suriano, Enrique Oteiza, Ramiro González Gainza, Luis Sabini
Fernández, Juan Carlos Romero, Pico Vazeilles, Mauricio Turkieh y Adriana
Yurcovich. Libros antiguos y agotados han sido donados por Juan Carlos
Cesarini, Alejandro Geoffrey Lasalle, Marta Palomares, Bonfante el Jardinero,
Alicia Genzano y la familia Galiana. Héctor Recalde nos donó los volúmenes de
la Biblioteca de Temas Argentinos del Grupo Editor Universitario.
Finalmente,
consignemos que han ingresado a nuestro acervo algunas publicaciones a través
del sistema de canjes. Uno de ellos, realizado con Librería D'Artagnan, de
Ayacucho 455, nos permitió incorporar numerosos libros anarquistas y socialistas. Otros canjes fueron acordados
con Ricardo Báez, "El Gaucho", de la Feria de Libros de Parque
Rivadavia, quien a cambio de nuestros ejemplares repetidos de Hechos e ideas,
nos cedió una colección, completa y encuadernada en pasta, de Imago Mundi, la
revista que dirigió José Luis Romero; el kioquero Hermes nos canjeó valiosos
ejemplares del periódico Revolución Nacional, donde escribía Rodolfo Walsh.
Tenemos otros canjes previstos con las librerías García Cambeiro y Aquilanti.
Roberto
Pittaluga
¡Compramos Martín Fierro, huija!
Entre
1904 y 1905 el intelectual anarquista Alberto Ghiraldo editó la revista Martín
Fierro, subtitulada "revista popular ilustrada de crítica y arte".
Era la primera vez que el personaje de la literatura gauchesca era utilizado
como paradigma de lo popular (años después, Evar Méndez retomaría el nombre
para su no menos famosa revista). A lo largo de sus 48 números colaboraron,
entre muchos otros, Rubén Darío, José Ingenieros, Roberto Payró, Florencio
Sánchez (con el seudónimo de Jack the Ripper), Manuel Ugarte, Alfredo Palacios,
Ricardo Rojas, Macedonio Fernández y el dibujante Pelele.
La
colección completa es muy rara, tanto en la Argentina como en el extranjero, de
modo que, cuando nos la ofreció un librero, decidimos hacer una colecta para
poder comprarla e incorporarla a nuestro acervo. Así, gracias al eco que tuvo
nuestro llamado en Osvaldo Bayer, María Pía López, Guillermo Korn, Nicolás
Iñigo Carrera, Anabella Lacreu, Rubén Saferstein, Mimí Charlier, Liliana
Garulli, Liliana Caraballo, Mabel Belucci y Andrés Bisso, hoy una colección
encuadernada de Martín Fierro está en el CeDInCI a disposición de los lectores.
En
los próximos días realizaremos un encuentro para celebrar la adquisición. Han omprometido
su presencia, entre otros, Osvaldo Bayer y Mabel Belucci, que se referirán a
Ghiraldo, la Martín Fierro y la intelectualidad anarquista.
Salud
y revolución social.
Abrimos un espacio para el arte político
Uno
de nuestros proyectos iniciales que empieza a tomar forma es el de crear en el
CeDInCI un ámbito para pensar los cruces y las tensiones entre las artes
plásticas y la política de izquierdas en la historia argentina del último siglo
y en la actualidad. Se trata no sólo de utilizar las instalaciones del CeDInCI
para exhibir producciones visuales y prácticas artísticas vinculadas a la
política, sino también de proponer debates y generar investigaciones que hagan
foco en los distintos modos de una relación sin duda productiva y a la vez
conflictiva. ¿El arte debe "ilustrar" la letra de la política? ¿Es
una herramienta eficaz y contundente de propaganda? ¿Pone de manifiesto una
sensibilidad por venir? ¿Se apropia de materiales y procedimientos de la política
para hacer lo suyo dentro de los límites del campo artístico? Las
preguntas se multiplican ante cada caso paradigmático: los grabadores
anarquistas que integraron "Artistas del Pueblo", los ilustradores de
los periódicos y revistas socialistas, comunistas, de la resistencia peronista,
de la Nueva Izquierda, el pasaje de Berni por diferentes estéticas de
vanguardia, los murales y afiches de Carpani, el proceso de radicalización de
artistas experimentales que devino en Tucumán Arde, las acciones artísticas
callejeras de los primeros ´70, las siluetas y otras prácticas visuales masivas
que llevó a cabo el movimiento de derechos humanos en los ´80, las alternativas
actuales que elaboran una mirada crítica sobre el arte y la política...
Y es justamente con un artista paradigmático no sólo en la historia del arte
político argentino de las últimas cuatro décadas sino también en la escena
actual que inauguramos este espacio en el CeDInCI: León Ferrari, que expone dos
series, "Nunca más" y "Nosotros no sabíamos". Acerca de las
imágenes que ilustraron la reedición del Nunca Más que lanzara Página/12 en
1995, el mismo Ferrari escribió: "Los delitos del Proceso Occidental y
Cristiano denunciados en el Nunca Más, esa antología de la crueldad, se
ilustran con imágenes de los crímenes y exterminios que forman parte de la
historia y de la religión de Occidente: el diluvio, la Inquisición, la
Conquista, el infierno, el nazismo, el Apocalipsis".
A lo largo de 1976, Ferrari realiza una vasta recopilación de noticias
publicadas en los diarios argentinos, en los que aparecían datos innegables de
las primeras víctimas del terrorismo de estado. Los resultados de esta búsqueda
dieron origen a un libro de 83 páginas, "Nosotros no sabíamos", del
que se editaron en aquel momento sólo 11 ejemplares. Hubo más tarde nuevas
ediciones, siempre de muy restringido tiraje.
Entre diciembre de 1998 y junio de 1999 estas imágenes tomaron el pasillo de
entrada y la sala de reuniones del CeDInCI.
Ferrari: arte y política
León
Ferrari nació en Buenos Aires en 1920. Autodidacta, comenzó a hacer arte con
diversos materiales y en variados formatos en 1955. En 1965 presenta en el
Premio Nacional del Instituto Di Tella, un conjunto de obras que denuncian la
agresión imperialista a Vietnam, entre ellas "La civilización occidental y
cristiana". Se trata del montaje de un Cristo de santería crucificado en
un avión bombardero norteamericano. Esta obra, que fuera rechazada por Romero
Brest, marca la aparición de la tensión de la vanguardia plástica hacia la
radicalización política. Este proceso llega a su momento culminante pocos años
después cuando Ferrari y muchos otros artistas se alejan de las instituciones
artísticas y se vinculan a la CGT de los Argentinos, en cuyo ámbito realizan
Tucumán Arde (1968). Ferrari aporta para esta obra colectiva un panel con
más de un centenar de noticias sobre la crisis de los ingenios azucareros
tucumanos, que empapelaron la entrada a las muestras en las sedes sindicales de
Rosario y Buenos Aires. En 1966, Ferrari participa en la organización del
"Homenaje al Viet-nam", en la que más de 200 plásticos -desde Carpani
hasta Marta Minujin- reúnen sus trabajos en la galería Van Riel. Impulsa muchas
otras iniciativas colectivas como "Malvenido Rockefeller" (en la
SAAP, 1969).Entre el ´70 y el ´76 milita activamente en el Foro de Buenos Aires
por los Derechos Humanos y en el Movimiento contra la Represión y la Tortura.
Después del golpe debe abandonar el país. Exiliado en Brasil, continúa
intensamente con su producción artística y su activismo contra la dictadura. En
1983 retoma el tema político religioso en sus collages en los que suma la
iconografía católica, la erótica occidental e imágenes de las barbaries
contemporáneas. En 1985 inició una serie de obras con estiércol de aves: una jaula
con dos palomas que defecaban sobre el Juicio Final de Miguel Angel (Museo de
Arte Moderno de Sao Paulo), una gallina defecando sobre una balanza titulada
"La justicia", y "V Centenario de la Inquisición", una
paloma arrojando estiércol sobre un haz de leña como el que llevaba Fernando el
Católico a las hogueras de los herejes (C.C. Recoleta, Buenos Aires). Como
"La justicia" originó fuertes críticas en defensa del animal, la
expuso al año siguiente con la gallina embalsamada y un nuevo título: "Autocensura".
En Exit Gallery, Nueva York, mostró dos palomas defecando sobre treinta
billetes de un dólar que, concluida la muestra, debían ser enviados al
Presidente Reagan a cuenta de la deuda externa. Desde 1991 reside en Buenos
Aires, donde ha organizado muestras y libros colectivos, como "No al
indulto"(1989), "500 años de represión"(1992), "XX años del
Proceso" (1996). Sus trabajos (una serie de botellas con profilácticos,
peceras con axolotes y peces de colores, escrituras, maniquíes y brailes) no
han cesado de extremar su crítica implacable a la Iglesia Católica, y también
de encontrar nuevos y potentes modos de hacer arte y hacer política a un
tiempo, todo el tiempo.
Ana
Longoni
A partir del 2 de julio
Por
fin resolvimos el dilema del '99. En medio de los entusiasmos y promesas
electorales reinantes, el grupo "Ojo de Vidrio" (integrado por
Viviana Sasso, Alicia Zárate, Mónica García, Mariana Perata y Juan Carlos
Romero) lanzó una propuesta de creación colectiva que llamaron El candidato, a la
que se sumaron 40 artistas plásticos. Después de haber sido presentada con una
performance canina en el bar "El taller", El candidato llega al
CeDInCI, para quedarse un par de meses... ¡No se lo pierda! Mire que este
candidato trae
hasta boleta electoral.
LA MUESTRA SE INAUGURA EL VIERNES 2 DE JULIO A LAS 19 HORAS.
PUEDE VISITARSE EN LOS HORARIOS DE ATENCION DEL CeDInCI.
Quiénes consultan la Biblioteca, la Hemeroteca y el
Archivo
Para un perfil de nuestros lectores
En
el mes de mayo de 1998, ya instalado en su sede de la calle Sarmiento, el
CeDInCI abrió sus puertas para la libre consulta de sus materiales. Tanto el
material de biblioteca (libros, folletos), hemeroteca (revistas, periódicos,
diarios) como el de archivo (recortes periodísticos, afiches políticos,
volantes, fotografías, manuscritos, etc.) se abrió desde entonces a la consulta
pública, libre y gratuita, los días martes y viernes por la tarde. Los
responsables de la atención al público vienen brindando, además, asesoramiento
permanente al investigador y al estudiante. Las ediciones (provisorias) del
catálogo de publicaciones políticas así como del catálogo de publicaciones
culturales fueron la puerta de entrada de los consultores a nuestro acervo.
Desde
entonces, más de 300 consultas se realizaron en nuestra institución. Analizadas
las mismas según el tipo de material solicitado, encontramos que un 45%
corresponde al rubro Revistas, mayoritariamente argentinas y de carácter
político (70%), seguidas de las de carácter cultural (25%). Entre las primeras,
la más consultada fue Cristianismo y revolución, la revista que dirigió Juan
García Elorrio; entre las últimas, la más solicitada fue Los libros, que fundó
Héctor Schmucler. Las consultas de revistas extranjeras alcanzan un 5%.
Un 35% del material consultado lo constituyeron los Periódicos, casi
siempre de organizaciones políticas (solicitándose fundamentalmente el
periódico comunista La Internacional, el comunista disidente La chispa, el
anarquista Spartacus, que dirigió Horacio Badaraco) y en algunos casos se
registraron consultas de periódicos sindicales (CGT de los Argentinos, entre
éstos, fue el más consultado). Las consultas de Libros representaron, a su vez,
un 15% del total, mientras las consultas de Folletos ascendieron a un 5% (hay
que tener en cuenta que la catalogación en el rubro libros y folletos está
retrasada en relación a la de publicaciones periódicas, de modo tal que aún no
se ha podido aprovechar al máximo este riquísimo material). Hemos tenido una
decena de consultas de nuestro Material Gráfico -fotografías y afiches-, que
recién ahora se encuentra en vías de clasificación. Según tendencia
política, prevalecen los pedidos de publicaciones Comunistas (28 %),
siguiendo los de Nueva Izquierda (22 %), Peronismo (18 %), Trotskismo (16 %),
Socialismo (10 %) y Anarquismo (6 %). Este espectro puede reflejar,
en parte, la orientación de las investigaciones, pero, por otra parte, responde
también, sin duda, al tipo de oferta de material por parte de nuestro Centro.
El investigador suele tener claro que se va a encontrar aquí con un buen acopio
de material sobre comunismo, trotskismo y nueva izquierda, pero sin duda sabe
también que nuestro acervo sobre socialismo es en general inferior al de la
Biblioteca Obrera Juan B. Justo, así como nuestro acervo sobre anarquismo es
inferior al disponible en la FLA o la Biblioteca José Ingenieros. Es lógico que
en lo referente a estas corrientes, el investigador comience su búsqueda por
esas bibliotecas y sólo llegue a la nuestra para complementarla. En ese
sentido, venimos trabajando para completar nuestras colecciones de libros y
revistas anarquistas y socialistas.El perfil de nuestros consultantes es
mayoritariamente profesional (58 %) -Investigadores y Docentes- y Universitario
(36 %) -especialmente estudiantes avanzados y tesistas. El núcleo central
proviene de la universidades argentinas: Buenos Aires, La Plata, Rosario,
Morón, Tandil y la Universidad del Salvador. También se registraron
consultas de docentes y estudiantes del Instituto Ricardo Rojas y del Instituto
Superior del Profesorado Joaquín V.Gonzalez. Los investigadores de PIMSA han
consultado recurrentemente nuestros materiales. Provenientes del exterior,
hemos atendido a numerosos investigadores: Sandra Mc Gee Deutch, de la
Universidad de Texas, Eduardo Elema de la Universidad de Princenton, Ricardo
Capuzzo del EHESS, Bruno Groppo de la Universidad de Paris, Dan Hazen de la
Biblioteca de la Universidad de Harvard, entre otros. Entre los investigadores
y docentes locales que nos han consultado (algunos de ellos nos visitan
frecuentemente) deberíamos mencionar, entre otros, a Ricardo Piglia, Josefina
Ludmer, Alfredo Pucciarelli, Nicolás Iñigo-Carrera, Eduardo Saguier, María
Sáenz Quesada, Roberto Baschetti, Jorge Boccanera, María Ester Rapalo, Patricio
Geli, etc. Finalmente, el último 6% de consultas se reparte entre periodistas y
militantes
políticos.Algunas cifras y nombres que ponen claramente de manifiesto que el
acervo reunido en el CeDInCI se ha convertido ya en un punto de referencia y de
consulta obligada para el investigador de la vida política, social y cultural
de nuestro país.
Gabriel
Rot
Socios
fundadores
Horacio
Tarcus (director), Jorge Cernadas, Roberto Pittaluga, Blas de Santos, Gabriel
Rot, Alberto Teszkiewicz, Irene Muñoz, Ana Longoni, Mariano Mestman, Martha
Rosenberg,
Claudio Meschini, Sergio Pittaluga, Alejandro Zelesnak, Silvina Feeney,
Gabriela Frontini, Alejandro Raiter.
Socios
honorarios
Alfredo
Alonso, Osvaldo Bayer, Alberto Belloni, Susana Fiorito, Enrique Israel, José
Luis Mangieri, Enrique Oteiza, León Rozitchner, José Vazeilles, David Viñas.
Biblioteca, Hemeroteca, Archivo
Coordinación
general, asesoramiento y atención al público:
Jorge
Cernadas, Roberto Pittaluga, Horacio Tarcus.
Responsables
de Catalogación:
.
Publicaciones políticas: Jorge Cernadas, Roberto Pittaluga, Horacio Tarcus.
.
Publicaciones culturales: Ana Longoni, Horacio Tarcus.
.
Archivo de recortes: Guillermo Korn, Javier Fernández Miguez.
.
Archivo fotográfico: Silvia Pérez Fernández.
.
Archivo de afiches políticos: Ana Longoni.
.
Archivo oral: Gabriel Rot.
.
Digitalización: Graciela Karababikian, Fernando López Trujillo.
Durante
el segundo semestre de 1998 colaboraron en tareas de catalogación: Omar Acha,
Eduardo Baird, Gustavo Naimo y Ariel Eidelman. En el primer semestre de 1999
colaboraron Elena Mingo, Laura Ehrilch y Axel Frydman. En tareas de prensa
colaboró Carla Maglio.
Administración
y gestiones legales: Roberto Pittaluga, Alberto Teszkiewicz.
Gestión
de subsidios: Irene Muñoz, Ana Longoni.
Prensa
y gestión de donaciones: Gabriel Rot.